Ciudad de Iquitos, 14 de Julio de 2009.
Queridos familiares y amigos:
Sigue nuestra estancia en la ciudad y nuestras actividades van en aumento: charlas, formación al profesorado, catequesis familiar, talleres y todo lo concretado para las siguientes semanas. Son largas jornadas de trabajo y preparación pero nuestras ilusiones siguen intactas.
Los talleres de costura, abalorios y publicidad ya han dado comienzo en el Barrio de Belén, concretamente en el sector 9, y en la zona donde este año se inicia el trabajo: Sachachorro.
Hace algunos años, la ONU, junto con la colaboración de PROYDE, elaboró un informe sobre estas zonas donde se desarrollaban diferentes puntos: infraestructura, vivienda, educación, estado del agua… Una vez analizado con detenimiento, este documento informó al gobierno de Perú que Belén y Sachachorro eran los barrios más pobres y desfavorecidos de toda Latinoamérica y que las condiciones de vida atentaban gravemente a la dignidad de sus habitantes. Y así es en realidad, amigos. Sin embargo, la pobreza de esta gente no es sólo material, ésa es la que menos importa. Las limitaciones y dificultades más importantes del pueblo son espirituales, morales. Esta pobreza penetra en lo más hondo de sus almas como un reptil que extiende sus garras pegajosas y blandas hasta apoderarse de todo su ser, de toda su esencia como ser humano. No tienen ilusiones, ni proyectos, ¿para qué? Las personas van encorvándose físicamente mirando sólo hacia sus adentros, ¿para qué mirar al frente si fuera no hay nada? Sus miradas, a medida que pasan los años, se pierden en el más absoluto vacío del alma. Sólo se trata de vivir rápido. Únicamente los niños alegran la vida de un barrio que se ahoga bajo las aguas podridas del Itaya.
Desgraciadamente, nosotros no podemos hacer nada. Los problemas son estructurales. Mayte, coordinadora de los colegios parroquiales en Iquitos, nos comentaba que en Latinoamérica los problemas son como un cesto de cerezas. Tiras de una, pero ésta, a su vez, lleva enganchada otras muchas más.
A pesar de esto, vivimos experiencias muy gratificantes y estas personas nos enseñan cosas que nuestra sociedad del bienestar ha olvidado por completo. Las mujeres están contentas de que estemos aquí. Según ellas, somos su esperanza, un milagro que les ha enviado Dios, una de las cosas más maravillosas que jamas nadie nos dirá en nuestra vida. Pero no somos especiales porque vamos a solucionar sus problemas, sino porque vamos a estar con ellos. Fijaos, simplemente eso, estar con ellos. Ése es el objetivo de nuestro proyecto-misión. Creo que estamos entendiendo eso a la perfección, debemos quedarnos con la presencia mutua, con el enriquecimiento recíproco.
Y nuestra visita a Barrio Florido, un asentamiento indígena en algún lugar del Amazonas, corrobora la idea anterior. Qué importante ha sido esta visita. Nos recibieron con bailes, abrazos y puertas abiertas. En medio de la "incivilizada" selva, ellos nos enseñan que la comunión entre las personas lleva a los hombres a la concordia y la paz entre los pueblos. Ya veis, en medio de esta sociedad de tinieblas, nos hacen comprender que podemos ser luz para otros. En la medida que encendemos una luz en su oscuridad somos fieles mensajeros de quien es la Luz Verdadera.
Hermanos, desde aquí os llamamos a que seamos luces en casa o en nuestro trabajo. No es necesario una Biblia bajo el brazo para ser anunciadores del Evangelio, nuestro propio ejemplo de vida sirve. Sed valientes para seguir renovando este Mensaje, para seguir al servicio de los más desfavorecidos.
Nosotros, por ahora, seguimos con nuestro compromiso de hacer vida en comunión con esta gente, para ser verdaderos testigos de la presencia de Dios en el Perú.
Seguir rezando por ellos y por nosotros.
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