Ciudad de Iquitos, 15 de agosto de 2009. Día de la Asunción de la Virgen.
Queridos familiares y amigos:
Os escribimos nuestra última crónica desde el Perú. Nuestro trabajo ha dado a su fin y en estos últimos días vamos cerrando los capítulos de un libro al que aún le quedan muchas páginas por escribir.
Atrás dejamos la selva, los talleres, los profesores y a una gente que nos ha cambiado su sonrisa por nuestro tiempo.
Rezaba el poema "Y yo me iré y se quedarán los pájaros cantando…", pues de la misma forma nosotros nos vamos y se quedarán los niños y sus risas, el Amazonas desmoronando islas sin compasión, se quedará el peque-peque en ese correveidile de la gente de los poblados que acuden a la ciudad en busca del avituallamiento diario, el Padre y su parroquia, y las mujeres de los talleres descontando días esperando al nuevo grupo del año siguiente.
Así es, queridos. Nos vamos llenos de ilusiones y de amor. Nuestra única recompensa no es otra que haber sentido que hemos encendido una luz de esperanza en el corazón de esta gente. Así de sencillo. No queremos otra cosa.
Nos queda agradecer a todas esas personas que han velado por nuestras ilusiones aquí, a La Salle por su esfuerzo para con el grupo, al Padre Nicolás por considerarnos sus discípulos y a todos vosotros, familiares y amigos, por creer en nosotros y rezar por las necesidades de este pueblo.
A todos, mil gracias. Que Dios os bendiga.
Eva, Delia, Ana, Dani y Joaquín